Reconstruir el espacio de la izquierda anticapitalista

31.08.2011

Extracto del artículo "El 15M y la posibilidad de un Tea Party de la izquierda radical en el Estado español" de Manuel Delgado. Sirva esta reproducción del artículo como apoyo y subscripción (las negritas son mías):


 

Dicho de otro modo: hemos de aceptar una evidencia, la premisa de la que hemos de partir, relativa al punto en que estamos en este momento histórico: hemos sido derrotados. La izquierda –toda la izquierda, sea cual sea su denominación de origen– ha sido derrotada. La clase obrera ha sido derrotada y ha pasado, ella misma como clase, a la clandestinidad. Lo que hay son los restos de un naufragio que hay que reagrupar como sea, aunque sea adoptando formas inéditas hasta ahora, como las que está desplegando el 15M. A lo mejor esa manera horizontal de organizarse y tomar decisiones descubre ventajas que compensan y mejoran sus inconvenientes. Esperemos a verlo, contribuyamos al experimento y, si es preciso, aceptemos felices habernos equivocado.

Así pues es indispensable que asumamos que no podemos continuar arrastrando contenciosos históricos, porque no hay ideología ni opción política que no tenga de qué avergonzarse por lo que en un cierto momento hizo o dejó de hacer. Y, por supuesto, es indispensable que renunciemos a ese dogmatismo que tanto daño ha hecho a la izquierda a lo largo del tiempo y que está en la base de casi todos nuestros errores y fracasos.

Yo no puedo dar consejos a los y las militantes libertarios o independentistas para que acepten ese reagrupamiento en la acción que, de hecho, no están obstaculizando en la mayoría de casos. Lo que sí que puedo y debo es dar fe de su honradez, de su capacidad activista y de cualidades humanas que hacen de mucho de ellos y ellas amigos y amigas que aprecio  y con los que me paso el tiempo complicándome la vida. El dogmatismo de algunos es, en todo caso, un rasgo más psicológico que político.

En cuanto a “los míos”, también entre ellos, como en todas las iglesias, hay fanáticos de lo que no deja de ser una variable de clericalismo. Otros viven aferrados a los cargos institucionales que la "generosidad" de nuestros aliados de Iniciativa se han dignado concedernos y que por desgracia ha ofrecido de los comunistas la imagen de un partido "como los demás". Desde luego la penosa posición de EUiA en los incidentes ante el Parlament, compartiendo el mismo discurso que el PP i Ciutadans es vergonzante y un factor tremendo de deslegitimación. Pero creo que una buena parte de la militancia, sobre todo juvenil, entiende la importancia de lo que en la práctica es una reformulación del viejo objetivo de un frente de izquierdas, que no tiene porqué ser siempre un frente con quienes están a nuestra derecha.

Si se me permite también ahí un comentario, lo que me subleva es que les escandalice e incluso sorprenda por extravagante a algunos camarades sea una propuesta como la que estoy formulando de empujar una movilización como la del 15M, que implica en la práctica este reagrupamiento de las izquierdas que tanto urge, y que es importante que sume y articule expresiones extraparlamentarias o incluso antiparlamentarias de lucha política con presencias –o infiltraciones si se prefiere– en el aparato político institucional, de la mano de cargos electos afines a los planteamientos del movimiento. Y digo que me saca de quicio es porque estos camaradas parecen no reconocer que lo que estoy pidiendo es algo que ya tuvo un nombre, pero que nunca llegó a  ser una realidad: Izquierda Unida y, en nuestro caso, Esquerra Unida i Alternativa. Estos amigos tan renuentes a lo que entienden como una  promiscuidad doctrinal pecaminosa, parecen olvidarse de cómo, desde donde y con quién se fundó IU. Que recuerden que nació precisamente de algo bastante parecido al 15M, como fue la movilización popular contra la entrada de España en la OTAN, y que a su creación en 1986 Nicolás Sartorius –otro que tal– invitó explícitamente a sumarse a sectores anarquistas conscientes de la importancia de esa propuesta de reorganización. Soy del todo consciente de que ese objetivo unitarista no se ha cumplido, aunque la presencia en la coalición de personas como Sánchez Gordillo y del SOC andaluz da una idea de la potencialidad de IU para albergar posiciones de crítica radical al capitalismo.

Bueno, todo esto son opiniones y valen lo que valen las opiniones. No llega ni siquiera a análisis. Es más bien una desiderata que resulta de mi propia praxis política como militante de base. En ese frente que el 15M ha abierto –y al que hay que ayudar a fortalecer, para que dure y se consolide en sus propios términos y con su propia lógica– he visto juntas a personas con idearios políticos muy diferentes y hasta incompatibles en el plano teórico. Durante unos días extraordinarios de la primavera de 2011 me hicieron soñar que no estaba todo perdido. No les perdonaré que me despierten.