Lugares de olvido en Barcelona (II)

29.07.2011

Ciertos elementos del pasado fabril han merecido el indulto y han sido ensalzados a albergar centros administrativos o lugar de culto a la Cultura. Imitando la lógica de la armonización de os bienes eclesiásticos en otra época, algunas fábricas son ahora museos, centros de cultura, universidades, bibliotecas, centros sociales... Pero los defensores oficiales del patrimonio industrial, que ordenaban fetichizar algunos de sus aspectos convenientemente descontextualizados y redimidos de sus antiguas funciones, son los mismos que han sentenciado a muerte espacios industriales emblemáticos, como la Neufville, en Gràcia, o la fábrica noucentista de Myrurgia, en la Sagrada Familia. Los grandes depósitos de gas que dominaban el norte de la sierra de Collserola -los famosos "huevos de Porcioles"- fueron desmantelados a finales de 1991 en nombre de la preservación de un paisaje que poco después sería desfigurado por las nuevas cocheras de autobuses en Horta. Hay planes para adecuar -léase destruir- el entrañable comercio de venta e intercambio de libros y cromos de cada domingo por la mañana en el Mercat de Sant Antoni. Ni que decir tiene que resulta especialmente escandaloso el arrasamiento masivo de todo el paisaje industrial que se entendía a lo largo del litoral barceloné, para dar pie al nuevo skyline de la ciudad, con los nuevos barrios de clase media y alta, los hoteles de lujo y los edificios singulares para todo tipo de multinacionales: allí donde hubo cientos de fábricas y talleres, vemos levantarse la Villa Olímpica, Diagonal Mar o el 22@. Y las agresiones contra el patrimonio industrial de Barcelona, hechas en nombre de la desidia o la codicia, son mucho más numerosas y se extienden a diestro y siniestro de la ciudad.</p>

Se han continuado erigiendo los lugares de la memoria oficial, mientras que las memorias menores y masivas de los ciudadanos han ido perdiendo sus auténticos puntos de referencia vivenciales [...]. De todas las cosas en que se hubiera podido convertir el abandonado edificio de TVE en Miramar, se ha escogido la opción de un hotel de lujo, del estilo del que se construirá en l'Illa Robadors, justo enfrente del punto donde murió asesinado Salvador Seguí, el Noi del Sucre, uno de los referentes morales del movimiento obrero catalán del siglo XX. Una paradoja no muy distinta de la que implica que se bautice con el nombre del líder del POUM Andreu Nin la plaza que hoy domina la sede de El Corte Inglés en Nou barris. El Sepu es ahora la sede de Nike; el café Canaletes es una hamburguesería de la cadena McDonald's. Es cierto que otros lugares no menos emblemáticos habían ido desapareciendo y que todos los que hemos mencionado acaso debían correr más tarde o temprano la misma suerte, pero no todos, ni al mismo tiempo, ni de esta manera.

(Manuel Delgado, "La ciudad Mentirosa")