Diversificar en guerras

11.10.2010

Diversificar es importante.

Lo saben muy bien el presidente de la CEOE, ese titán de los negocios capaz de hundir dos empresas en dos sectores. Y lo saben también en la bolsa, donde los inversores se cubren las espaldas especulando en mercados lo más incorrelados posible. Y como los unos son amigos de los otros, -a veces incluso son los mismos- lo saben también los brokers de la guerra que aprovechan los mercados -nichos de mercado, que dirían ellos- que la era post-colonial ha creado después de la Segunda Guerra Mundial, vendiendo armas a los países pobres que se matan con las armas fabricadas en los países ricos.

Lo bueno de la guerra es que, como en la bolsa, puedes vender armas a un bando y a su competencia (ver Afganistán o Darfur). Pero en la guerra, a diferencia de la bolsa, pierda quien pierda el mercenario gana, lo que la hace interesantes para los bancos, que ponen allí las acciones del currela que busca una alegría en ese hipotético 5% de interés a plazo fijo invertido en mercados "de bajo riesgo". Con la calderilla recogida en uno o dos años el hombre y su familia, mujer y niño y medio, se pondrán guapos y se irán a la marisquería a darse una alegría pal cuerpo.

(Nota al margen: Alternativas al banco de la esquina)

Para ilustrar la situación los amigos de Le Monde Diplomatique han tenido la amabilidad de enviarme este mapa publicado en la edición francesa impresa del mes de Octubre, en el artículo "Innover plus pour tuer plus" ("Innovar más para matar más"). No es que digan nada que no supieramos ya, pero sabemos desde la guardería que los dibujitos son educativos.

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Aprovecho la amabilidad del Le Monde Diplomatique para animar a una subscripción masiva a la edición española de este gran periódico mensual. Nacido del más conocido Le Monde es, junto con su padre, uno de los pocos periódicos que mantiene su independencia respecto a grupos empresariales. La formula es sencilla: sus acciones son 49% propiedad de lectores agrupados como Les amis du Monde Diplomatique, y 51% propiedad de Le Monde que es, a su vez, es 80% propiedad de sus trabajadores. El 20% restante lo tuvieron que vender por dificultades económicas, siendo el comprador Jesus de Polanco (D.E.P), alias Jesús del Gran Poder (D.E.P).

El resultado es una publicación de izquierdas independiente, rigurosa y de calidad. No conozco muchos periódicos con la sana costumbre de referenciar a las fuentes, o a lecturas complementarias, al final de cada artículo. O apoyamos este tipo de publicaciones, o podemos ir levantando el campamento, porque diversificar es importante.