Pequeño Laberinto Armónico (I)

27.06.2009

(Y así, Aquiles frota suavemente la gran letra "L" grabada sobre la cubierta de cobre de la lámpara... Repentinamente aparece una inmensa bocanada de humo, entre cuyas nubes los cinco amigos pueden distinguir una extraña figura fantasmagórica elevándose sobre ellos.)</p>

Genio: Hola, mis amigos, les agradezco infinitamente el rescatar mi Lámpara del endemoniado
Dúo de Lagartos.

(Y diciendo esto, el Genio recoge la lámpara y se la mete en un bolsillo oculto entre los pliegues de su largo y fantasmagórico manto que surge arremolinado desde el interior de la Lampara.)

En señal de gratitud por su heroica acción, me gustaría ofrecerle, de parte de mi Lámpara, la
oportunidad de ver realizados tres de sus deseos.

Aquiles
: !Que asombroso! ¿No lo cree así, Sr. Tortuga?

Tortuga
: Seguro que sí. Adelante, Aquiles, pida el primer deseo.

Aquiles
: ¡Guau! ¿Pero que podría desear? Oh, ¡ya sé! Es lo que pensé la primera vez que leí Las
Mil y Una Noches (esa colección de cuentos ingenuos (e incrustrados uno dentro del otro)) -
desearía que pudiera pedir CIEN deseos en lugar de sólo tres! Bastante astuto eh ¿señor
Tortuga?. Siempre me he preguntado por qué aquellos lerdos personajes de las historias nunca
lo intentaron.

Tortuga
: Quizás ahora descubrirá la respuesta.